Todos hemos escuchado alguna vez eso de “sé la mejor versión de ti mismo” y la verdad es que suena bien porque, ¿a quién no le gusta superarse y ser cada vez mejor? Todo el mundo quiere ser mejor, pero ¿a qué precio?
Si intentamos ser constantemente nuestra mejor versión es muy probable que encontremos más inconvenientes que beneficios y es que, seguramente, en esa “mejor versión” no habrá lugar para el descanso, hagamos grandes sacrificios, no nos permitiremos a nosotros mismos hacer algo que no sea “productivo” y, lo más importante, aparecerá la autoexigencia. La autoexigencia nos acompañará en todo lo que hagamos y nos dirá que nada de lo que estamos haciendo es suficiente porque debemos superarnos constantemente y siempre podremos hacerlo mejor.
Es necesario que tengamos metas y ambiciones en la vida, pero para ello es importante conocernos a nosotros mismos. Debemos saber cuáles son nuestros límites y nuestras debilidades, así como nuestras fortalezas y nuestro potencial. No hace falta que cambiemos todo de nosotros constantemente para ser mejores, a veces no merece la pena debido a la relación coste-beneficio que supone hace esos cambios.
Es muy importante que antes de querer ser nuestra mejor versión nos aseguremos de que esa nueva versión incluye descanso de calidad, tiempo para pasar con las personas que queremos, ejercicio físico y una buena alimentación, actividades al aire libre, saber cuándo debemos parar y valorar los pequeños logros.
Para mí, mi mejor versión es aquella en la que puedo descansar sin machacarme, puedo “no hacer nada” sin sentirme mal, escucho mis necesidades y las atiendo, conozco mis límites y disfruto de una buena salud física y mental.
¿Y qué ocurre cuando queremos ser nuestra mejor versión en el sexo?
Estaremos evaluándonos a nosotros mismos constantemente olvidando el objetivo del sexo: disfrutar. Nos desconectaremos totalmente de nuestras sensaciones, fijándonos solo en qué estamos haciendo y cómo, asegurándonos de que todo está perfecto. Y es que en el sexo no todo es perfecto y mucho menos es un examen. Cuando aparece la autoexigencia en el sexo es muy probable que vaya acompañada de muchos problemas así que, mejor, céntrate en lo que sientes y en las sensaciones placenteras ¡y a disfrutar!
Aída Núñez Pastrana
Alumna en prácticas del Máster de Sexología y Terapia de pareja
Graduada en Psicología
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