
Seguramente hayas escuchado dichos relacionados con la primavera como “la primavera, la sangre altera”, pero ¿realmente sabemos cómo afecta esta estación del año en nosotros?
Por lo general, el cambio en las estaciones del año afectan a nuestro estado de ánimo, observando que en las estaciones como el verano o la primavera, donde hay más horas de luz, suelen estar relacionadas con un aumento del estado de ánimo, mientras que las estaciones como el otoño o el invierno, habiendo menos horas de luz, se asocian con una disminución del estado de ánimo e, incluso, con la intensificación de la sintomatología en personas con la presencia de algún trastorno como la depresión mayor o el trastorno bipolar.
Esto viene relacionado con nuestro ritmo circadiano del sueño, es decir, un cambio que ocurre en nuestro organismo en ciclos de 24 horas, siendo en este caso el ciclo sueño-vigilia. Aplicado a este caso, cuando hay más luz solar aumenta la segregación de serotonina, estando asociada al bienestar; mientras que cuando hay menos luz solar disminuye la segregación de esta hormona y aumenta la de la melatonina, asociándose más a ese estado de ánimo más bajo, somnoliento y de apatía.
Sin embargo, tenemos que tener en cuenta y recordar que el estado de ánimo también se ve influido por otros factores más allá de las estaciones como, por ejemplo, la situación laboral o circunstancias personales, entre otros.
Por otra parte, a pesar de relacionarse la primavera con un elevado estado de ánimo debido a las horas de luz, existe una problemática relacionada concretamente con el inicio de esta estación, siendo la astenia primaveral, presentando síntomas como: pérdida de apetito, cansancio y falta de energía, falta de motivación, dificultad para concentrarse, disminución de deseo sexual, afectando así a nuestro estado de ánimo.
Esto se debe a lo que mencionamos anteriormente, cómo nos influyen los cambios estacionales, ya que es una especie de periodo de tiempo en el que nuestro organismo se va acostumbrando al aumento de luz solar, a nuevas rutinas y hábitos, al cambio de tiempo,... después del invierno. Por tanto, es algo temporal que suele durar pocas semanas sin necesitar de ningún tipo de tratamiento, aunque dependiendo de cada persona puede variar su duración.
Sin embargo, aunque no se necesite ningún tratamiento, podemos realizar ejercicio, actividades que nos resulten agradables y mantener un horario de sueño regular para así afrontar los síntomas característicos de esta problemática.
En resumen, aunque muchas veces no nos demos cuenta y pase de forma más desapercibida, observamos cómo las diferentes estaciones del año afectan a nuestro estado de ánimo, además de otros factores que pueden influir en este. En base a esto, se destaca la astenia primaveral como ese periodo de adaptación de nuestro cuerpo al paso de las estaciones de menos luz solar y asociadas a un estado de ánimo más bajo, al comienzo de las estaciones con mayor luz solar asociadas a un estado de ánimo mayor, pudiendo aumentar nuestra motivación en este periodo con diferentes actividades o manteniendo hábitos saludables.
Si quieres puedes pedir más información o cita en nuestro Centro de Psicología donde estaremos encantadas de ayudarte con los síntomas de la astenia primaveral si está siendo un problema para ti y no solo algo transitorio.
Este artículo ha sido redactado por Martyna Sandra Jezierska,
alumna en prácticas del Grado de Psicología de la UCM
en el Centro de Psicología Sonia García
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