La lista de cosas que os cortan el rollo durante el sexo podría ser interminable, pues es algo demasiado subjetivo en lo que intervienen muchos y variados factores como pueden ser gustos personales, circunstancias externas, escalas de valores, condiciones físico-psico-emocionales y cualquier otro factor que se nos ocurra que pueda influir.
En este caso, ya tenemos los resultados de vuestras respuestas a la pregunta curiosa “¿Qué cosas os cortan el rollo en el sexo?”. Contamos con las respuestas de 55 personas, un total de 36 mujeres y 19 hombres que se han animado a responder. ¡Gracias!
Hay que decir que se han encontrado respuestas bastante variopintas aunque he querido agruparlas en factores más generales de los cuales después se desprende todo lo que me habéis contado que os corta el rollo sexualmente hablando.
Antes de entrar en detalle con los resultados, aclaremos dos conceptos: facilitadores e inhibidores del deseo sexual.
Los facilitadores del deseo son todas aquellas circunstancias, prácticas, vivencias, pensamientos y deseos que activan el deseo sexual y disponen mentalmente a la persona a tener un encuentro sexual de forma individual, en pareja o como se desee, es decir, son activadores de las ganas eróticas. En el polo opuesto, los inhibidores del deseo provocan justo la respuesta contraria, impiden aflorar las ganas eróticas o las interrumpen cuando ya han aparecido. Es aquí donde incluimos los “corta-rollos sexuales”, entendiendo que son aquellas circunstancias, vivencias, pensamientos, prácticas y deseos que inhiben y eliminan el deseo erótico, actuando en contra del deseo sexual.
Dicho esto, ¿qué resultados se han encontrado en esta pregunta curiosa?
Las respuestas son variadas y, como señalaba anteriormente, las he agrupado para facilitar su lectura y comprensión.
Los datos que se han recogido son los siguientes:
Inhibidores del deseo o “corta-rollos” en el sexo:
Higiene:
Olor a pies
Dientes sucios
Falta de higiene general
Mal aliento
Olores desagradables
Pedos, eructos
Estímulos distractores externos:
Ruido de los muelles de la cama
Sonido de llamadas telefónicas
Sonido del timbre
Ser observado por el perro
Frío
Calambres musculares
Aburrimiento:
Rutina
Sexo siempre de la misma forma
Sexo siempre en la misma postura
Prácticas sexuales/habilidades sexuales:
No saber besar bien
Postura incómoda
Mal funcionamiento del pene
Decir “guarradas”
“Que me chupen el lóbulo de la oreja”
“Que me chupen la barba”
Hacer daño físico
Otros:
Cansancio
Egoísmo por parte de los hombres
Ropa interior fea
Discusiones o comentarios desafortunados
Como podéis observar, la gama de respuestas es bastante amplia y muchas de ellas se han repetido. ¿Alguna os ha causado sorpresa? No nos equivoquemos. Puesto que el deseo es algo muy subjetivo, no podemos olvidar que los aquí nombrados son los inhibidores o “corta-rollos” del deseo sexual de los participantes de este mini-estudio informal, pero, lo que para unas personas puede ser un inhibidor del deseo, para otras puede ser un facilitador o ser implemente indiferente. Es decir, cada factor tiene un efecto diferente en cada persona y genera unas sensaciones y emociones distintas. Por ejemplo, un mal olor a una persona puede cortarle el rollo mientras que a otra puede excitarle más o a otra serle indiferente. Ninguna opción es más correcta, sino que todas son válidas y aceptables.
Cierto es que las respuestas aquí recogidas van en la línea general de lo que en consulta de terapia sexual suelo encontrar cuando existen problemas de deseo y/o excitación, pues alguno de estos factores generales suele estar presente, aunque después cada persona lo define de manera diferente atendiendo a sus características y vivencias personales. Por ejemplo, el tema de la higiene suele estar muy relacionado con prácticas como los besos y el sexo oral, de forma que un mal olor de aliento a falta de higiene puede llevar a rechazar el sexo oral y los besos.
Lo ideal, con los inhibidores, es tratar de tenerlos bajo control en la medida de lo posible o tratar de tolerarlos si es que existe la posibilidad de tolerancia. Hablamos de tolerar cuando se trata de algo con lo que se pude vivir sin que ello suponga consecuencias muy negativas para la persona. Pongo dos ejemplos para entenderlo mejor:
- Lo que podemos tratar de tener bajo control: “Si me corta el rollo que en pleno encuentro sexual me suene el móvil, puedo poner el aparato en silencio (el móvil) y así me aseguro de que no me interrumpa”.
- Lo que podemos tratar de tolerar: “Si me corta el rollo el ruido de los muelles, o cambio de cama o puedo tratar de incorporarlo en la lista de facilitadores del deseo como fantasía utilizándolo a mi favor para que me provoque deseo o excitación o buscar una práctica sexual donde se produzca menos ruido”.
Evidentemente, aquello que no se puede tolerar para cada persona no tiene por qué tolerarse. El sexo es para disfrutar, no lo olvidemos.
Lo que sí debemos tolerar es que sobre gustos no hay nada escrito y que, aunque no lo compartamos, hay que entender que cada persona tiene sus propios facilitadores e inhibidores del deseo erótico, sin imponer nunca nuestra opinión como la única válida y aceptable porque nos estaríamos equivocando.
Respetemos nuestra idiosincrasia y nuestras diferencias, conozcamos nuestros facilitadores e inhibidores propios y los de nuestra pareja sexual (si la hay) y utilicemos toda esta información en nuestro favor.
Por último, tened en cuenta una cosa: todo, absolutamente todo es susceptible de ser erotizado y convertirse en un facilitador del deseo, de igual forma que puede ocurrir lo contrario, convertirse en un inhibidor. No (te) juzgues.