El miedo a la oscuridad es algo que experimentan muchos niños. Cuando tienen miedo creen que hay monstruos en su habitación o que unos seres irreales (que ellos consideran reales) van a salir de debajo de su cama y pueden hacerle daño, en definitiva, el miedo les hace creer que hay cosas que no son reales.
Algunos niños responden a este miedo huyendo a la cama de sus padres, otros meten la cabeza debajo de las sábanas para “no ver” nada, otros tratan de postergar el momento de irse a la cama, y otros incluso no quieren dormir solos. Todos estos comportamientos podemos entenderlos como conductas de seguridad para el niño. Es decir, si el niño ante su miedo a la oscuridad se va corriendo a la cama de sus padres, lo hace porque allí va a sentirse seguro y sabe que allí “los monstruos no le pueden hacer nada”.
Los padres en esta situación deben tener paciencia y ayudar a su hijo a vencer ese miedo a la oscuridad. Hablamos de ayudar y de ser un apoyo y no de regañar o poner castigos, puesto que el miedo que el niño siente es real, otra cosa es que el hecho que lo desencadena sea irreal. Por tanto, si castigamos o reñimos al niño por tener miedo, no confiará en nosotros para contarnos sus preocupaciones porque pensará que se le regañará.
¿Qué pueden hacer los padres cuando su hijo tiene miedo a la oscuridad?
Consejos para manejar con éxito el miedo a la oscuridad de los hijos:
- Cuando dice que tiene miedo o que no quiere ir a dormir, debemos mostrarle todo nuestro apoyo y nuestro cariño mientras le decimos que no pasa nada y que se va a estar cerca de él por si necesita ayuda.
- Impedir que vean películas o programas de miedo o de terror, ya que éstos propician la aparición del miedo a la oscuridad, y por supuesto lo agrandan si se ven las películas de miedo antes de irse a dormir, ya que pueden provocar pesadillas.
- Permitir que pueda utilizar una pequeña lámpara o un piloto de luz pequeño para que la habitación no esté completamente a oscuras para que se sientan más tranquilos y puedan comprobar que en la habitación no hay monstruos.
- Cuando el niño se va a dormir, podemos dejar un rato la luz del pasillo encendida con la puerta abierta o entreabierta para que entre luz en la habitación y funcione a modo de lamparita o piloto de luz.
- Leer al niño un cuento con final feliz antes de dormir permite que duerma más tranquilo. De hecho existen cuentos específicos para tratar el miedo a la oscuridad, como éste que yo misma he publicado: Úrsula ya no tiene miedo a la oscuridad.
- Dejar que duerma con un muñeco o un peluche en la cama y que tenga la sensación de que se están cuidando entre los dos.
- Jugar con el niño en la habitación a oscuras un rato antes de irse a dormir, de esa forma asocia la oscuridad de su habitación con algo divertido y lúdico y además, moverse por la habitación a oscuras le permite conocer por ejemplo de qué mueble se desprende una determinada sombra o qué objeto es un determinado bulto que puede apreciar en la oscuridad. Conocer el espacio aporta seguridad y si además se convierte en un lugar de juegos se considera algo más positivo.
- Si el niño va a la habitación de los padres, los padres deben acompañarle de nuevo a su habitación, mostrando comprensión y explicándole que no pasa nada y que en su habitación no hay nada peligroso. Se le tranquiliza y se le dice que vuelva a intentar dormir.
- Darle un beso y un abrazo de buenas noches antes de dormir también favorece a que se acuesten más tranquilos porque saben que sus padres le quieren y que van a estar en casa para ayudarle si lo necesita.
Si vuestro hijo tiene miedo a la oscuridad, habéis probado estas u otras opciones para ayudarle a superar el miedo, y continúa angustiado o el miedo es tal que no le permite ni conciliar o mantener el sueño, lo recomendable siempre es buscar ayuda profesional.