¿Qué tiene esa persona que hace que te enamores de ella y no de otra? ¿Por qué te enamoras de alguien que para otras personas pasa desapercibido? ¿Qué tiene para que nos enamoremos de ella?
Las investigaciones coinciden en que nos enamoramos en base a tres aspectos: el atractivo, la proximidad y la semejanza. Esto quiere decir que tendemos a enamoramos de aquellas personas que nos parecen guapas y atractivas, que están cerca de nosotros y que además tienen un pensamiento similar al nuestro.
El atractivo:
Es evidente que lo primero que entra por los ojos de una persona es el aspecto físico del otro, su atractivo, sus características físicas. Estas características hacen que la persona nos atraiga más, menos o que no nos atraiga nada, y nos atraerán aquellas que nos parezcan físicamente atractivas. Relacionado con esto está el Efecto Halo de la belleza que consiste en que a partir de una característica positiva como es el atractivo, atribuimos a esa persona otras características positivas como pueden ser inteligencia y habilidades sociales, consideramos a esa persona como exitosa en la vida.
La proximidad:
Tendemos a enamorarnos de las personas que están próximas a nosotros, es decir, de personas que viven cerca de nuestro entorno o que estamos familiarizados con verles, con su cara. Ver a una persona en varias ocasiones puede hacer que esa persona nos agrade, de igual forma que también tendemos a “odiar” a las personas que están próximas a nosotros. Por ejemplo, tenemos conflictos con los vecinos, ¿y por qué con ellos? Porque es muy difícil que yo tenga problemas cotidianos, del día a día, con una persona que vive a cuarenta kilómetros de mi casa y por eso es mucho más probable que tenga esos roces con una persona que está cerca de mí y que veo habitualmente. Lo mismo ocurre con el hecho de enamorarse, que nos enamoramos de quienes están cerca de nosotros. Es cierto que también existe el fenómeno del flechazo, de ver a una persona por primera vez y quedar perdidamente enamorada de esa persona, pero este fenómeno forma más bien parte de la excepción. Lo habitual es que nos llame la atención la persona que forma parte de nuestro entorno.
La semejanza:
Este aspecto se refiere a semejanza en los pensamientos, en pensar de forma similar, tener pensamientos y opiniones semejantes en aspectos importantes o menos importantes. Nos atraen las personas que piensan como nosotros, de modo que desbancamos el mito de “Los polos opuestos se atraen”. Si lo pensamos, es muy difícil que una pareja llegue a estabilizarse en el tiempo cuando los dos miembros tienen pensamientos opuestos, y esto no se refiere a caracteres ni formas de ser, sino de pensamientos y opiniones. Por ejemplo, si en una pareja uno de los miembros tiene el pensamiento de que la pareja tiene que ser una relación liberal, abierta y sin ataduras y el otro miembro considera que la relación de pareja tiene que ser una relación cerrada, tratándose de pensamientos completamente opuestos es muy difícil que esta pareja prospere. Por tanto, ¿pueden atraerse dos pensamientos tan opuestos? Es complicado.
Tendemos a enamorarnos de personas que piensan como nosotros porque el que otro piense como nosotros hace que nuestro pensamiento sea más válido, nos da la razón, nos consideramos personas listas porque otro piensa igual, y eso nos hace sentir profundamente bien. Y de este modo, con pensamientos y opiniones semejantes habrá menos discusiones en la pareja porque hay menos diferencias que solventar.
Además de estas tres características hay otras cosas que también hacen que nos enamoremos de alguien. Entre ellas puede destacarse la reciprocidad, es decir, qué doy y qué recibo en esta relación, que la persona encuentre que hay un equilibro entre lo que da y lo que recibe.
Por último, una vez que ha pasado el efecto de la atracción o enamoramiento inicial, deberíamos pensar que si nos mantenemos en pareja al lado de una persona es porque recibimos algo de la relación, obtenemos un beneficio o una recompensa de tipo afectivo o del tipo que sea y en el mantenimiento de la relación sigue siendo importante que la otra persona nos resulte atractiva, que esté cerca de nosotros, que piense de forma similar y que además exista reciprocidad en la relación de pareja.