Bien es sabido que los hijos no vienen con un manual bajo el brazo de cómo ser padres. Sobre todo, las madres y los padres primerizos, ante la llegada de un bebé a la familia, se enfrentan a muchas dudas y miedos, muchos de ellos centrados en "¿Seré un/a buen/a padre/madre?", "¿Seré capaz de educar bien a mi hijo/a?". Ante estas dudas, cada persona intenta educar a sus hijos/as de la forma que considera la mejor, en la que la propia educación recibida por parte de sus padres tiene mucho que ver: "Así es como lo hacía mi madre", "Esto era lo que mi padre hacía cuando yo me portaba mal". Quieren ante todo educar a un niño o una niña para que sea una persona autónoma, independiente, una persona "de bien".
A partir del primer hijo los padres intentan seguir con el modelo de educación que han seguido con éste, reconfigurando ese modelo si han visto fallos, cosas que mejorar o pautas alternativas que les funcionen más o mejor.
No existen unas normas o pautas específicas y universales de cómo educar a un/a hijo/a, pero sí podemos hablar de unos consejos básicos de educación.
Consejos para educar a tus hijos/as:
Permite que tomen decisiones en determinados aspectos. No decidas todo por ellos. Es importante que aprendan la capacidad de decidir, de tomar decisiones.
Dialoga. Imponer siempre la voluntad de los padres puede dar lugar a niños frustrados, niños que sienten que su opinión no cuenta. Enseñarles que dialogar es importante les llevará a utilizar el diálogo como forma de resolver sus conflictos.
Escucha. Los niños tienen mucho que contar: sus miedos, sentimientos, inquietudes, logros, capacidades,... Nadie mejor que sus padres, su referencia, para que les escuchen.
Fomenta su autonomía. No hagas cosas que ellos pueden hacer por sí mismos. Queremos niños y niñas autónomos. Si sabe recoger sus juguetes o hacer su cama, no o hagas por él/ella.
Da ejemplo. Los niños encuentran en sus padres su modelo a seguir, imitan el comportamiento de sus padres. Si les pides gritando que no grite, ¿qué mensaje le llegará a tu hijo/a?.
Pon límites según su edad. No pueden establecerse los mismos límites a un niño cuando tiene dos años que cuando tiene siete o tiene doce.
Antes de regañar, pregunta. Deja que expliquen qué es lo que ha pasado, muestra interés por sus razones, aunque después tengas que regañar.
Cuidado con la sobreprotección. Vivir constantemente encima de los hijos no ayuda a que sean autónomos. Es importante protegerles, no sobreprotegerles.
No hagas comparaciones (entre hermanos/as, con sus primos/as, etc.). "Es que tu hermano saca mejores notas que tú", "Tu hermana sabe hacer más cosas", "Tu primo es más rápido con el balón". Cada persona es única y distinta al resto, y cada niño tiene su propio desarrollo y va conformando su personalidad en base a sus experiencias. Las comparaciones con los hermanos generan ansiedad en los hijos por sentir que están fracasando ante sus padres y también puede derivar en rivalidad entre ellos.
Más tiempo y menos cosas. Los niños necesitan pasar tiempo con sus padres, hablar, jugar con ellos, compartir sus experiencias del día. De poco sirve que tengan la última videoconsola del mercado o el último modelo de teléfono móvil si no comparte tiempo con sus padres, si no encuentran en ellos el apoyo emocional que todo niño necesita.
"El mejor legado de un padre a sus hijos
es un poco de su tiempo cada día"
~Leon Battista Alberti~